sábado, 9 de julio de 2011

¿Dios es Misericordioso o Dios es Justo?

En un mundo en donde las noticias malas superan de sobremanera a las buenas, donde los actos malos son más frecuentes que los buenos, en donde reina la conufsión, la desesperanza, la ira, el engaño como una forma de vida; en este mundo “patas pa’rriba”,mucha gente comienza a voltear hacia el cielo en busca de alguna respuesta.



En ocasiones la búsqueda es buena y bien intencionada, pero equivocada. Para los que nos gusta el futbol, seria como anotar un esplendido gol, jaja pero en portería propia: no le quita lo bello pero el resultado es trágico y totalmente opuesto a lo que deseamos. De manera similar, las personas buscan respuestas a este mundo en crisis a través de “cosas ocultas” (que en realidad son tan antiguas como el Edén mismo) y que a lo largo de la historia, Dios se ha encargado una y otra y otra vez de recordarnos que las aborrece: magias, hechicerías, conjuros, adoración a dioses ajenos, horóscopos, rituales, ceremonias estériles, etc.
Como vemos, en el mejor de los casos (o el peor?) las personas buscan respuestas y soluciones ante sus necesidades frente a un mundo despiadado; en el peor de los casos, las personas siguen haciendose las preguntas como “Si Dios existe, ¿porque hay tanto mal?”,“Si Dios existe, ¿porque hay guerras?”, “Si Dios existe, ¿porque hay niños viviendo en la calle?”, y un sinfin de cuestionamientos para Dios a manera de reclamo del ser humano que gime ante el sufrimiento actual.
Proverbios 19,3 dice: “La insensatez del hombre tuerce  su camino, y luego contra el Señor se irrita su corazón.”
Es decir: el hombre primero hace lo que le viene en gana: avaricia, roba, miente, mata, ofende, se burla, no hace caso a Dios; y cuando es hora de hacerse responsable de sus actos, entonces si se queja de Dios! En fin, ese es un proceso que, en lo personal, me ha ocurrido, hasta que vuevlo atrás a mi caminar y reconozco que los conflictos que en ocasiones vivo, son por mi desobediencia hacia Dios, pero pido perdón, vuelvo la cara al frente, y continúo en Cristo día a día. 
En fin, ese es otro tema del cual se podrían vertir muchas opiniones. Pero esto viene al caso, porque en ocasiones, suelo ser injusto con las personas, por ejemplo: cuando alguien comete un error y comete una falta, exigo que se aplique la JUSTICIA con todo el peso que se requiera: pero cuando yo soy el que fallo, ruego por MISERICORDIA.  
Y creo que a todos alguna vez nos ha pasado: vemos en las noticias algun ladrón y exigimos JUSTICIA; pero cuando se trata de pagar por un error que cometimos en el trabajo, en nuestras relaciones, o nos pasamos un semáforo por no llegar tarde a una cita (cosa que nunca pasa en la Cd. de Mexico jajaja) y somos sorprendidos en la infracción, pedimos MISERICORDIA con un “no lo vuelvo a hacer”, o “es la primera vez que lo hago” o cosas semejantes. Y de manera relevante me sorprende que en las Escrituras estas dos cualidades de Dios (JUSTICIA Y MISERICORDIA) sean tan nombradas, y, a la vez, vengan casi hermanadas en el mismo pasaje.
Por citar solo algunos ejemplos, en el Salmo 103 verso 17 dice: “Mas la MISERICORDIA del Señor es desde la eternidad y hasta la eternidad sobre los que le temen,y su JUSTICIA sobre los hijos de los hijos.” También en el Salmo 89, 14 encontramos:“JUSTICIA y juicio son el cimiento de tu trono; MISERICORDIA y verdad van delante de tu rostro.” 
La Misericordia va ligada  mucho con el concepto de Gracia. Hay gran cantidad de definiciones acerca de estos dos términos, entre ellos: favor, compasión ante la necesidad, libramiento de la deuda, etc. La Justicia se define o se relaciona con “derechura”, “rectitud” etc. Si intentara definir estas cualidades divinas en 3 conceptos, probablemente coincidiría con muchas personas al definirlos como:JUSTICIA: Recibir lo que merecesMISERICORDIA: No recibir lo que merecesGRACIA: Recibir lo que no mereces. 
Por naturaleza, la humanidad es pecadora. Juan expresa: “Si decimos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos, y la verdad no está en nosotros.” (1era Juan 1,8) Todas las personas hemos engañado, mentido, hablado mal, criticado, juzgado, robado, etc. El simple hecho de fallar en un punto, nos hace culpables de todos (Santiago 2:10) Asi que es indudable que todos hemos quedado en deuda delante de Dios. Si Dios aplicara su JUSTICIA en nuestras vidas, lo justo, es que pagaramos por todos y cada uno de nuestros errores y pecados. Esto sería justo. Pero en amor, Dios muestra su MISERICORDIA al no recibir nosotros el castigo por nuestras fallas. Dios provee una manera para ser justificados (declarados justos) gracias al sacrificio de Cristo en la cruz por nosotros. El pagó por nuestros pecados, para que toda aquella persona que crea en Su nombre, se arrepienta de su camino lejos de Dios y le invite a morar de Dios, tenga por su GRACIA y MISERICORDIA el perdón de sus pecados y una vida abundante y eterna en esta vida terrenal y después de ella.
Finalmente, Dios en su amor,nos bendice en todas las áreas de nuestras vidas por su GRACIA, a través nuevamente de la fe en Jesucristo como Señor y Salvador de nuestras vidas, pero no olvidemos también que al final de los tiempos DIOS JUZGARÁ por medio de Cristo. Asi que no es coincidencia que estas dos cualidades de Dios estén hermanadas en gran cantidad de pasajes bíblicos: JUSTICIA y MISERICORDIA. De igual manera, solo hay dos maneras de enfrentar a Cristo: O será tu Salvador (Misericordia) o será tu Juez (Juicio).  Si es tu Salvador tienes la seguridad de vida eterna por fe en Su nombre.El ya pagó el precio para poder recibir y gozar de Su misericordia.  Si es tu Juez, enfrentaras sus rectos juicios sobre cada una de las acciones, pensamientos, deseos, omisiones, etc de tu vida terrenal, recibiendo el pago debido a ellas.    Tú decides. O es tu Juez, o es Tu Señor y Salvador.

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