miércoles, 13 de julio de 2011

El Arca del Testimonio

1 Reyes 8:9 “En el arca ninguna cosa había sino las dos tablas de piedra que allí había puesto Moisés en Horeb, donde el Señor hizo pacto con los hijos de Israel, cuando salieron de la tierra de Egipto.”
Yo creo en un Dios Todopoderoso. Creo en un Dios hacedor de maravillas, prodigios y milagros. A lo largo de las páginas de las Escrituras, encontramos una y otra vez a Dios realizando actos sobrenaturales para mostrar Su poder. En palabras de mi amigo Jaaziel: “los milagros no son la suspensión de una ley natural, sino la implementación de una ley superior: la divina” ¡Totalmente de acuerdo! Dios metiendo las manos en Su universo wooow
Incluso a nivel personal, puedo dar testimonio de la recuperación de mi padre, a quien le habían diagnosticado “esquizofrenia” hace 10 años. Recuerdo que la doctora tratante le decía a mi mamá: “Señora, acostúmbrese a ver a su marido sedado pues la enfermedad es incurable” ¿Incurable? Mi papá hoy en día esta sano y lúcido (y dando clases de bautismo jejeje) Ese es en el Dios que creo
Sin embargo, y al lector le podrá parecer raro, que comience yo con una cita del primer libro de los Reyes, momentos antes de que el rey Salomón dedicara el templo de Jerusalén después de su majestuosa construcción. Todos los detalles estaban listos. El pueblo reunido. Mandan traer el “arca del pacto” y… sólo están las tablas de la Ley.
¿Recuerda que había dentro del Arca del Testimonio? Según el escritor de los Hebreos, el arca contenía 3 cosas: una urna de oro conteniendo un poco de maná, la vara de Aarón que reverdeció, y las tablas del pacto (Hebreos 9:4)
Me llama la atención que habían 3 cosas, de las cuales, solo quedaron las tablas de la ley ¿En donde quedaron las otras 2 cosas? ¿En dónde quedó la urna con el maná y la vara de Aarón? Algunos estudiosos dicen que fue saqueada por los hombres de Betsemes (1 Samuel 6:19) Cualquiera que sea el caso, el asunto es que ya no están ni el maná, ni la vara de Aarón.
Analizando el contenido del arca, uno se puede dar cuenta que 2 de las 3 cosas que contenía, hacían referencia a algo sobrenatural (milagroso):
  • La urna de maná. Dios hizo un milagro al hacer llover del cielo una especie de “pan” para alimentar a Su pueblo en el desierto. Provisión milagrosa. Provisión sobrenatural
  • La vara de Aarón. Dios hizo un milagro al reverdecer, y hacer dar almendro a la vara de Aarón ante la murmuración del pueblo a causa de la autoridad que Dios había puesto en Moisés y Aarón sobre ellos. Autoridad divina. Un milagro de señal, para indicar a quién Dios había escogido.
En ambos casos, Dios realiza un acto sobrenatural, pero al mismo tiempo, estas dos cosas, ya no están para la dedicación del Templo en tiempos de Salomón. ¿Por qué desaparecen los objetos que recordaban algún aspecto milagroso?
En lo personal creo, que cuando se honra más al objeto milagroso o al milagro, que el mensaje que pretende expresar dicho milagro, se cae en idolatría.
Permítame citarle otro ejemplo del A.T. Durante el recorrido en el desierto, camino del Mar Rojo, el pueblo nuevamente murmuraba con respecto a su salida de Egipto, y fueron atacados por serpientes. Dios le ordenó a Moisés que fabricara una serpiente de bronce sobre un asta, para que quien fuera mordido por alguna serpiente, con el simple hecho de ver la imagen de bronce, fuera sanado. Moisés lo hizo como el Señor le ordenó, y el pueblo fue sanado milagrosamente de las mordeduras de serpiente. Sólo bastaba ver la serpiente que había fabricado Moisés. Mucho tiempo después, encontramos una cita en el 2do libro de los Reyes, capítulo 18, verso 4, hablando del rey Exequias y las buenas acciones que llevó a cabo: “El quitó los lugares altos, y quebró las imágenes, y cortó los símbolos de Asera, e hizo pedazos la serpiente de bronce que había hecho Moisés, porque hasta entonces le quemaban incienso los hijos de Israel; y la llamó “Nehustán” (cosa de bronce)”
Lo que en un tiempo sirvió para la sanidad del pueblo, tiempo después sería el motivo de su idolatría. La serpiente de bronce se había convertido en un objeto “fetiche” al cual iban los israelitas a adorar y a quemar incienso. Ya no adoraban al Hacedor de Milagros, adoraban una imagen hecha de bronce.
Como pueblo de Dios debemos tener cuidado de que no nos ocurra lo mismo. Que no estemos más adorando a los milagros o a los objetos milagrosos que al mismo Señor. Esto es abominación delante de Sus ojos. El milagro, tiene el único fin, de voltear nuestros ojos a Él. Honrarle a Él. Adorarle a Él. Ese es el mensaje de un milagro: Coloca tus ojos en Dios
El Nuevo Testamento no es la excepción. Un joven paralítico es llevado a Jesús para ser sanado (Mateo 9) Jesús le dice: “Tus pecados te son perdonados” La gente se queda perpleja. El joven quiere caminar, no una frase. Los escribas piensan: “¡Blasfemo! Sólo Dios perdona pecados” Jesús capta la atención y dice: “Para que sepan que tengo potestad para perdonar pecados, a ti te digo: Levántate, toma tu cama, y vete a tu casa”
¿Cuál es el mensaje? Jesús es Dios. Jesús puede perdonar tus pecados y regalarte vida eterna. ¿Cuál es el medio para captar la atención? El milagro. El joven paralítico caminando hacia su casa. El milagro, sirve como medio para que Jesús dé su mensaje. El milagro no es un fin en si mismo, es un medio que Dios ocupa para alcanzar un fin.
Regresando al pasaje original (jajaja… un poco de vueltas ¿cierto?) ¿Por qué ya no está el maná en el arca? ¿Por qué se perdió la vara de Aarón? Porque sirvieron en su momento como testimonio de lo que Dios había hecho (de hecho, el término hebreo que se utiliza “ed”  y “edút” significan “testigo” o “testimonio”); fueron útiles para demostrar la provisión de Dios (véase Ex. 16: 32) y la autoridad de parte de Dios (véase Nm. 17:10). Eran “testigos” que le recordaban la pueblo lo que Dios había hecho. Probablemente, de haber permanecido,  el pueblo los hubiera hecho objetos de idolatría, y tiempo después, algún rey hubiera tenido tirar el maná y romper la vara de Aarón para evitar que el pueblo siguiera siendo idólatra. ¿Qué fue lo que permaneció? Las tablas de la ley. Las instrucciones de conducta de Dios para Su pueblo. A eso deben llevar los milagros. A conocer mejor a Dios. A agradarle más. A conocerle más íntimamente. A querer hacer Su voluntad.
Cuidado con quedarnos sólo con el milagro. Cuidado con honrar más el milagro que al Hacedor de los milagros. Cuidado con creer que Dios sólo habla si hay milagros o señales de por medio. Cuidado con buscar milagros no importando la fuente de los mismos (Satanás también hace milagros)
Repito. Creo en los milagros. He sido testigo de uno grande en la vida de mi padre terrenal. Pero ese milagro, me ha llevado a amar más a Dios. A buscarle más. Ahora entiendo que eso es lo que El quiere. Que le conozca

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