miércoles, 13 de julio de 2011

Los judíos

Les comparto un pequeño fragmento de: “La historia de los judíos” de Paul Johnson (gracias Sandra por el magnífico obsequio)
” En su obra “Antiguedades Judaicas” Josefo describe a Abraham como un “hombre muy sagaz” que tenía “unas ideas sobre la virtud superior a las de otros de sus contemporáneos”. Por consiguiente, “decidió modificar completamente las opiniones que todos ellos tenían acerca de Dios”.
Un modo de resumir cuatro mil años de historia judía consiste en preguntarnos cuál habría sido la suerte de la raza humana si Abraham no hubiese sido un “hombre muy sagaz”, o si hubiese permanecido en Ur y reservado para sí sus ideas superiores, y no hubiese existido un pueblo específicamente judío.
Ciertamente, sin los judíos el mundo habría sido un lugar radicalmente distinto. La humanidad tarde o temprano podría haber llegado a descubrir todas las ideas judías, pero no podemos tener la certeza de que hubiera sido así. Todos los grandes descubrimientos conceptuales del intelecto parecen obvios e inevitables una vez revelados, pero se necesita un genio especial para formularlos la primera vez. Los judíos tienen este don. Les debemos la idea de la igualdad ante la ley, tanto divina como humana; de la santidad de la vida y la dignidad de la persona; de la conciencia individual y, por lo tanto, de la redención personal; de la conciencia colectiva y, por lo tanto, de la responsabilidad social; de la paz como ideal abstracto y del amor como fundamento de la justicia, así como muchos otros aspectos que constituyen la dotación moral básica de la mente humana. Sin los judíos, ésta habría podido ser un lugar más vacío…
Los judíos no fueron sólo innovadores. También fueron ejemplos y paradigmas de la condición humana. Parecía que presentaban con claridad y sin ambages todos los dilemas inexorables del hombre. Fueron los “forasteros y viajeros” por antonomasia. Pero ¿no compartimos todos esa condición en este planeta, donde a cada uno se nos concede apenas una estancia de setenta años? Los judíos han sido el emblema de la humanidad desarraigada y vulnerable. Pero ¿acaso la tierra entera es algo más que un lugar de tránsito provisional? Los judíos han sido fieros idealistas que buscaron la perfección, y al mismo tiempo hombres y mujeres frágiles que ansiaban la abundancia y la seguridad. Querían obedecer la ley imposible de Dios, y también buscaban conservar la vida. Ahí está el dilema de las comunidades judías de la antigüedad, que trataban de combinar la excelencia moral de una teocracia con las exigencias prácticas de un estado capaz de defenderse. El dilema se ha repetido en nuestro propio tiempo en la forma de Israel, fundado para realizar un ideal humanitario, y que ha descubierto en la práctica que necesita mostrarse implacable si quiere sobrevivir en un mundo hostil.
Pero ¿acaso éste no es un problema recurrente que afecta a todas las sociedades humanas? Todos queremos construir Jerusalén. Parece que el papel de los judíos es concentrar y dramatizar estas experiencias comunes de la humanidad, y convertir su destino particular en una moral universal. Pero si los judíos asumen este papel, ¿quién se lo asignó? Los historiadores deben evitar la búsqueda de esquemas providenciales en los hechos. Es demasiado fácil encontrarlos, pues somos criaturas crédulas, nacidas para creer y dotadas de una imaginación poderosa que fácilmente reúne y reorganiza los datos para adaptarlos a un plan trascendente cualquiera. Sin embargo, el escepticismo excesivo puede originar una deformación tan grave como la credulidad.
El historiador debe tener en cuenta todas las formas de la prueba, incluso las que son o parecen ser metafísicas. Si los primitivos judíos fueran capaces de analizar, con nosotros, la historia de su progenie, no hallarían en ella nada sorprendente. Siempre supieron que la sociedad judía estaba destinada a ser el proyecto piloto de toda la raza humana. A ellos les parecía muy natural que los dilemas, los dramas y las catástrofes judías fueran ejemplares, de proporciones exageradas. En el curso de los milenios, que los judíos provocasen un odio sin igual, incluso inexplicable, era lamentable pero de esperar. Sobre todo, que los judíos sobreviviesen, cuando todos los restantes pueblos antiguos se habían transformado o desaparecido en los entresijos de la historia, era completamente previsible. ¿Cómo podía ser de otro modo? La providencia lo decretaba, y los judíos obedecían.
El historiador puede decir: no hay nada a lo que pueda denominarse providencia. Qizá no. Pero la confianza humana en esa dinámica histórica, si es intensa y lo bastante tenaz, constituye en sí misma una fuerza que presiona sobre el curso de los hechos y los impulsa. Los judíos han creído que son un pueblo especial, y lo han creído con tanta unanimidad y tal pasión, y durante un período tan prolongado, que han llegado a ser precisamente eso.”
Para la reflexión no? :) ¿Será acaso que el pueblo judío a través de su tenacidad histórica logró asumirse como “pueblo escogido” y aún moldear la voluntad de naciones enteras en su contra por asumir este “papel inventado”? O ¿será acaso que Dios en verdad les escoge como pueblo para mostrar Su voluntad al hombre? Yo opto por la segunda opción :)

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